jueves, 24 de febrero de 2011

Strange Fruit

Strange Fruit (Fruta rara en español) es una pieza musical de 1939 de la cantante afroamericana Billie Holiday que se hizo mundialmente famosa. Compuesta y escrita por Abel Meeropol, la canción fue una de las obras de arte que predicó con más fuerza en contra de los linchamientos en los estados del sur de los EE. UU. y uno de los primeros lemas del movimiento por los derechos civiles estadounidense. La expresión Strange Fruit se estableció como símbolo de los linchamientos.

En la canción se habla del cuerpo de un negro que cuelga de un árbol. La letra obtiene su fuerza emocional de confrontar la imagen bucólica del sur tradicional con la realidad de los linchamientos. En la segunda estrofa, por ejemplo, se dice: Pastoral escena del galante sur/los ojos abultados, la boca torcida/el aroma de las magnolias, dulce y fresco/y de pronto el olor de la carne quemada.



En un concierto ofrecido en Greenwich Village en mayo de 1959 tuvo que ser ayudada a abandonar el escenario tras cantar sólo dos piezas. una semana después entró en coma. En el hospital dio señales de mejoría, recuperando peso poco a poco y comenzando a dictar partes de un nuevo libro a su colaborador Bill Duffy. Sus problemas legales, sin embargo, la persiguieron hasta el hospital; la policía acusó a Holiday de posesión de heroína y la sometió a arresto domiciliario, llegando al extremo de apostar agentes ante la misma puerta de su habitación del hospital. Aunque Holiday respondió positivamente al tratamiento del hígado, se le declaró una infección de riñón que la llevó a la muerte el 17 de julio. En el momento de su muerte, la cuenta bancaria de Holiday arrojaba un saldo de setenta y cinco centavos, pero los trabajadores del hospital encargados de recoger su cuerpo hallaron setecientos cincuenta dólares sujetos con esparadrapo a una de sus piernas: traicionada tan a menudo por sus más allegados, su instinto de supervivencia parecía impedirle confiar en alguien que no fuera ella misma. Poco antes el saxofonista Jacki McLean explicaba: "Su voz sólo era la sombra de lo que había sido, pero todavía sabia transmitir una canción. Había perdido su voz, así que la emoción era su único vehículo de expresión"

4 comentarios:

jose dijo...

Parece que los mejores siempre tuvieron una mala vida. Tal vez hay que vivir en el límite para dar lo mejor de uno?

No sabía el significado de este tema. Así que encantado de aprender algo nuevo.

Por cierto, muy bueno el montaje.

Anónimo dijo...

No recuerdo que importante artista dijo que el arte salía del sufrimiento, creo que tenía razón y que salvo excepciones así ha sido por los siglos de los siglos.

Juan Nadie dijo...

La autobiografía de Lady Day -"Lady sings the blues"- comienza de esta manera: "Mamá y papá eran un par de críos cuando se casaron. Él tenía dieciocho años, ella dieciséis y yo tres".
A partir de ahí imaginaros lo que queráis.

Anónimo dijo...

Buen comienzo para una vida entre algodones, vamos... tipo Enrique Iglesias