Entre los numerosos saxofonistas surgidos en los últimos años del siglo XX, David Murray, (Berkeley, 1955), ocupa un lugar singular. Mientras la juventud llegaba fácilmente a jóvenes promesas -como Branford Marsalis- o se refugiaban en el fácil terreno de las vacas sagradas del jazz, David Murray, irrumpió con una fuerza extraordinaria en el mundo del jazz.
Hijo de músicos, entró pronto en contacto con el mundo de las notas. Antes de dedicarse por completo al jazz, dirigió durante breve tiempo algunos grupos aficionados al Rhythm & Blues. Su encuentro a finales de los sesenta con el compositor Stanley Crouch, que entonces dirigía el grupo "Black Music Infinit" integrado entre otros por Wilbur Morris y James Newton, fue decisivo para el rumbo de su carrera profesional. A través de esa formación contactó con el "Pomona College", una magnifica institución donde estudió piano y sobre todo saxofón. Su actividad se incrementó notablemente y en 1974 interpretó el papel de saxofonista principal en el drama de Stanley Crouch, titulado "The Saxophone Man". En 1975 se trasladó a New York siguiendo los consejos de Cecil Taylor y allí conoció y tocó con lo mas selecto de la escena neoyorquina del jazz de los años setenta: Oliver Lake, Julius Hemphill y otros músicos asociados al freejazz y componentes por aquella época del "Word Saxophone Quartet", donde él también llegó a codirigirlo en alguna ocasión. En 1979, formó un excelente octeto que comenzó a actuar como versión reducida de su orquesta pues en pie un año antes. En ese formato, David Murray, encontró la mejor combinación posible entre vanguardia y tradición negra.
Es con la formula del octeto, donde David Murray consigue lo que hasta entonces fue su obra maestra, el el extraordinario álbum: "Hope Scope" grabado para el sello italiano "Black Saint" en 1987. En este disco aparecen con nitidez sus parejas cualidades como instrumentista y arreglista. En el tenor, combina el timbre robusto y el vibrato de Ben Webster o la avalancha expresiva de Paul Gonsalves. Cuando compone, aparece asimilado el poder de seducción de Duke Ellington o Charles Mingus.
David Murray, es pues uno de esos músicos extraordinarios, (lleva grabados a su nombre, mas de una cincuentena de discos, la mayoría de ellos excelentes) capaz de enlazar con perfección la tradición jazzistica con la modernidad y abriendo las puertas del futuro del jazz con una visión enriquecedora del mismo.
Yo tuve la suerte de verle actuar en Santander hace 3 años, y os puedo asegurar que tiene una fuerza brutal en el escenario.
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