El papel de Sarah Vaughan en la banda de Earl Hines, además del de cantante, fue el de pianista suplente de Hines, nada menos. Su ámbito, su habilidad para los grandes saltos interválicos, su tendencia a insinuar acordes alternativos en su improvisación y su expresivo dominio del timbre, parecían más próximos a Dizzy Gillespie que al de otros cantantes de jazz. No es de extrañar que los historiadores del jazz citen a Vaughan como representante de un estilo de canto "instrumental". Gillespie, inspirado por la incorporación de Sarah a la banda, empezó a mostrar interés por escribir partituras que sustentasen el canto de Vaughan. Su "Night in Tunisia", que se convertiría en un himno del bop, data de este período, y fue grabada por Sarah Vaughan como "Interlude".
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