Poco después de un concierto celebrado en Madrid en 1990 se le manifestaron los primeros síntomas de una enfermedad que le llevó a la muerte. Falleció en Santa Mónica el 28 de septiembre de 1991. Nadie como Miles Davis, ha hecho corresponder las edad artísticas de su desarrollo estilístico con las distintas etapas del jazz. Su juventud estuvo ceñida al bebop, el tórrido sonido del hardbop, luego aliviado por la brisa del cool se apoderaron de el durante su adolescencia y las tentación otoñal del jazz eléctrico recrudecida en su ultima fase le ocupó hasta que le sobrevino la muerte. Miles se llevó el secreto de su música y de su vitalidad.
Algunas de sus frases:
-Sólo soy un trompetista. Sólo se hacer una cosa, tocar mi instrumento y esa es la base de toda la confusión. No soy un hombre de espectáculo y no quiero serlo. Soy un músico.
-Si no pudiera descubrir o enriquecer el arte, encontrar nuevos enfoques, me sentiría culpable de estar vivo. Preferiría la muerte a la ausencia de creación. No tendría ninguna razón para vivir si no pudiera componer, digamos, una composición que me satisfaciese. No que le guste a alguien, sino que me satisfaga, que le guste a mis amigos. Que me digan : "Sííí, Miles, qué bueno". Sin eso, no querría vivir. Sé que es egoísta. ¡Pero los genios son egoístas!"
-Estoy aquí abajo para tocar música, para interpretarla. Y es lo que hago. Es todo lo que quiero hacer. Y lo hago bien. Podría hacer un montón de cosas, pero lo fundamental, lo que me gusta, lo que está antes que todo, hasta respirar, es la música.
-El órgano me horroriza, me recuerda a la religión. Es el miedo lo que hace que la gente sea religiosa, y el sonido del órgano le recuerda ese miedo. De pequeño iba a la iglesia, pero hacia los seis años, le pregunté a mi madre por qué siempre en la iglesia me trataban de pecador aunque no hubiera hecho nada malo. Como no obtuve una respuesta satisfactoria dejé de ir a la iglesia. Hoy no creo en nada, salvo en mí mismo...
-Hay muchos buenos músicos, es evidente, pero pocos son originales. El trabajo básico hay que hacerlo con el sonido. El sonido es tu voz, tienes que buscarlo. Tocan notas originales, sin duda, pero no tienen un sonido propio. No es muy difícil tocar notas originales. El sonido, es otra cuestión. El sonido representa a uno mismo. Mira, escúchame: a la primera nota me reconoces, ¿no?, sabes que soy yo. Eso es el sonido. Cada cual tiene trabajar su originalidad, sus raíces. A veces, cuando me escucho, me parece que sueno demasiado banal, demasiado blanco, así que vuelvo a trabajarlo. Es algo muy exigente. En la actualidad, los saxofonistas no buscan un sonido propio. O no lo encuentran. Todos copian el sonido de Coltrane. Hay muy pocos sonidos originales en la música creativa. Mucho perfeccionismo, eso sí, mucha reproducción, pero muy poco sonido propio. El sonido sólo puede surgir del grupo, hay que esforzarse muchísimo. Ahora hay mucha competitividad, una especie de rivalidad deportiva. Se busca la perfección para hacer dinero, pero no hay sonido. El sonido, el dibujo, la ropa que llevo sobre el escenario, forma parte de lo mismo, es la búsqueda de un sólo color. Todo contribuye a la expresión de lo que eres.
-Para tocar un sonido, tienes que elegir... elegir la nota más importante. Aquella que fertiliza el sonido, lo que la gente llama las "notas hermosas". Se trata simplemente de notas fundamentales que tienen que ser tocadas.
-Cuando era chaval, adoraba el sonido de mi profesor de trompeta. Era un negro que tocaba a menudo con Andy Kirk, y en el registro grave sonaba como Harold Baker. Busqué ese sonido de corneta. Es tan sólo un "sonido". ¡Pero funciona!… Si se leen tantas cosas sobre Beethoven, se debe a que la gente podía comprenderlo. A los demás, los que no eran comprendidos, no se les menciona. Por tanto, mi tono tiene que ser sencillamente el más fácil de entender. Como Louis Armstrong. Pero, sabes, tu sonido es... es como tu sudor. Es tu "sonido".
-Para tocar hay que tener a la vez imaginación y conocimientos. Si no, no vale la pena. Oigo a tíos que, si fueran boxeadores en vez de músicos, serían enviados a la lona, porque en boxeo no puedes hacer dos veces lo mismo.
-Cada nota significa algo diferente. Mira, trato de que mi saxofonista comprenda el problema de las frases. Hay que utilizar las frases del mismo modo que uno gasta el dinero por el que ha tenido que trabajar duro durante el día. Pero él las tira, las malgasta. Es igual que cuando un boxeador hace gestos inútiles y malgasta su energía.
-Debía tener unos quince años y tocaba con un batería en el Castle Ballroom de Saint Louis. Teníamos una orquesta de diez músicos, tres trompetas, cuatro saxos, etc. Me preguntó: "Pequeño Davis, ¿por qué no tocas lo que tocaste ayer? ¿ Qué? - ¿No sabes? - No. – Tocaste algo que provenía del puente de la composición... – No sé. – Si no sabes lo que tocas es como si no hicieras nada." La torta que recibí. ¡Pam! Me fui a buscar todo lo que pude, todos los libros, para aprender teoría. Ahora sé qué quería decir. Sé de qué nota hablaba.
-El boxeo es como la música: cada día se aprende algo. Boxeo porque me da fuerza. Y expulsa de mis pulmones el humo de la noche anterior. Y es bueno para tener buen soplo... Me permite quedarme pegado a la embocadura. No como esos músicos anticuados que se paran cada rato par respirar y, de este modo, hacen siempre frases de dos o cuatro compases. Son tíos que bajan la guardia. Yo no bajo la guardia cuando toco. En un grupo nunca debes dejar que el que toca detrás adivine cuándo vas a retirar el instrumento de tus labios y hacer una pausa. Es como en el boxeo, siempre hay que acorralar al adversario...
-Love, but no sex. No puedo echar un polvo y tocar luego trompeta. Es así. Desde el primer compás de un concierto soy capaz de adivinar qué hizo mi batería la noche anterior. Si no ha dormido no le queda nada. El entrenador de Joe Louis le decía a su mujer que si la veía rondar cerca de la sala, la mataba... Las chicas siempre están ahí para arrebatarle la fuerza a los músicos. Son peligrosas. Por otro lado, son ellas quienes realmente tienen un feeling por la música. Nos hacen componer canciones de amor, todas esas canciones de amor, todas diferentes, son ellas...
-Escucho música clásica, escucho a todos los compositores pero siempre vuelvo a Stravinsky. En mi opinión, hizo rítmicamente más que casi todos los demás. También me gusta Rachmaninov... Stravinsky compone sonidos que me dejan sin respiración, pero me gusta Rachmaninov por la forma. ¿Schoenberg? Sí, he escuchado todo eso. Me gusta Berg. Pero esa gente sólo compone una vez. Como Ibert, que hizo "Escales" y nada más de interés. Lo mismo pasó con Benjamin Britten: compuso "Peter Grimes" y ahí se quedó...
-El blues no es más que un sonido, sabes, no es ni un nombre ni una palabra, no es una etiqueta, es tan sólo un sonido: el sonido bluesy. Mi música suena bluesy, cada vez más bluesy, sí, se puede decir así, pero siempre ha sonado así. Es el sonido negro de mi música. Lo que hay que decir es que el sonido del blues hoy se va extendiendo, se vuelve universal. Es el sonido de esta época.
-Mi ego sólo necesita una buena sección rítmica.
-El silencio es el ruido más fuerte, quizá el más fuerte de todos los ruidos.
-Para mí, en la música y en la vida todo es estilo.
-Yo he cambiado la música cuatro o cinco veces. ¿Qué ha hecho usted de importancia aparte de ser blanca?
-No le temas a los errores, ahí no hay ninguno.
-Algunas veces debes tocar por mucho tiempo para ser capaz de tocar como vos mismo. -Una leyenda es un anciano con un bastón conocido por lo que él solía hacer. Todavía estoy haciendo.
-Mi futuro comienza cuando me levanto cada mañana... Cada día busco algo creativo para hacer con mi vida.
-Lo que hay que juzgar en cualquier artista de jazz es: ¿Dónde está el proyecto y dónde las ideas?
-Sé lo que he hecho por la música, pero no me llaman "leyenda". Simplemente me llaman Miles Davis.
-Cuando creas en ti, ni el cielo será tu límite.
2 comentarios:
Grande entre los grandes. No sé decir nada más de este genio.
Poco se puede decir de quién está considerado como el músico más completo de la historia del Jazz -lo de mejor o no, es cuestión de gustos-, y eso yan son palabras mayores.
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