martes, 16 de julio de 2013

Don Pullen


Nacido en una familia de músicos, el pianista, Don Pullen, empezó en 1954 a estudiar piano clásico. A principios de los años sesenta conoció al compositor, pianista y arreglista, Muhal Richard Abrams trabajando junto a él durante un buen tiempo. influenciado por Abrams, decidió trasladarse a New York para iniciar su carrera profesional entre los músicos mas importantes de la vanguardia jazzistica neoyorquina. En 1965 debutó discográficamente con un disco liderado por el flautista y saxofonista, Giuseppi Logan. Acompañó a la cantante Nina Simone entre 1970 y 1971, y en 1974 formó efímeramente parte de los Jazz Messengers del baterista, Art Blakey. Su carrera dio el espaldarazo definitivo cuando el genial contrabajista,Charles Mingus, lo incluyó en su grupo. En la formación de Mingus, Don Pullen tuvo la oportunidad de participar en la grabación de dos discos: "Moves at Carnegie Hall" y el espectacular "Changes One, Changes Two" para el sello Atlantic.

En 1975, tras abandonar la formación de Mingus, Pullen grabó tres álbumes en colaboración con Sam Rivers. Formó posteriormente su propio grupo, junto al saxofonista de Mingus, George Adams, del que salió el álbum mas importantes de su discografía como líder, el extraordinario: Breakthrough (1986 Blue Note). En los años ochenta dirigió junto a Beaver Harris, el grupo de jazz experimental "360 Degrees Music Experience"

8 comentarios:

Juan Nadie dijo...

Esto suena completamente flamenco.

Sirgatopardo dijo...

Tiene reminiscencias.

marian dijo...

Es flamenquito flamenquito, que además suena de maravilla.

marian dijo...

Que por cierto, hoy comienza el festival de jazz de Vitoria.
Vienen:
Melody Gardot
Brandford Marsalis
Paco de Lucía, de nuevo con Chick Coreaa...
Y ya no sé quién más.

Sirgatopardo dijo...

Ánimo que te pilla cerca.

marian dijo...

Ya me gustaría. No he ido ni al de Ezcaray que ha sido estos días, no puede ser.

Sirgatopardo dijo...

Qué le vamos a hacer, todo y bien.....no hay quién.

marian dijo...

Y además, cenando en el Echaurren, una vergüenza no ir.