Benedicto XVI aterrizó en La Habana con todo su misal a punto, para después plantarse en la plaza de la Revolución y regalar sus oraciones y plegarias a la numerosa parroquia cubana allí congregada. No lo dijo en su homilía, pero en los corrillos se habló de que también le apetecería saludar a Fidel Castro, aunque la cita fuese en chándal. Y así sucedió, ambos mandatarios aparcaron sus ideologías y diferencias y mantuvieron un encuentro "cordial" de unos 30 minutos de duración, tal y como informó puntualmente nuestra compañera Irene Hernández Velasco.
La entrevista no estaba en agenda, así que sus santidades (una marxista y la otra católica) hubieron de improvisar, como si de dos buenos jazzistas se tratara. En La Habana saben mucho de improvisar (más aún de inventar y buscarse la vida), en lo que bien pudiera ser una metáfora de su gran corazón jazzístico. Allí, en todas las casas vive algún músico, dividido entre el academicismo de la música clásica y el jazz moreno, que a nuestro modesto juicio es lo que más gusta y se toca, folclores y tradiciones yorubas al margen.
No consta que al Papa le guste el jazz, una música pecaminosa a la que las religiones siempre han mirado mal, aunque paradójicamente las iglesias hayan sido las primeras escuelas de algunos de los artistas más grandes que ha dado y sigue dando el género. Al menos en los templos norteamericanos, ya que en nuestro país, ya se sabe, las misas se acompañan, en el mejor de los casos, de guitarritas y cánticos a lo alabaré (aquí el único que hizo música grande en un altar fue Enrique Morente, con unas misas flamencas que conectaban con todas las divinidades y espiritualidades).
A pesar de todo, y viendo a ese Papa entregado a la inercia de la improvisación y el alma cubana, gusta pensar en la posible visita del Santo Padre a uno de los templos jazzísticos más famosos de La Habana, La Zorra y el Cuervo. Las paredes de este club emplazado en el barrio de El Vedado pueden contar orgullosas grandes noches de conciertos y jam sessions, lo que en Cuba llaman descargas. Y puestos a imaginar, cabría soñar con un segundo encuentro entre Fidel y Benedicto, porque las negociaciones siempre descubren mejores soluciones cuando se rodean de buena música.
La Zorra y el Cuervo ha sido justa alternativa al legendario Tropicana de Marianao, un refugio donde los músicos han podido abrazarse al jazz y destino habitual de las grandes figuras del género que asisten al Festival de Jazz de La Habana que dirige Chucho Valdés. No extraña por tanto que el club esté considerado como uno de los pulmones jazzísticos de la capital cubana, así como magnífico 'conservatorio' de los músicos e intérpretes que un día nos visitarán.
En los últimos años se ha producido una evidente emigración de jazzistas cubanos a nuestro país, que ahora se abren paso entre nuestras calles. Muchos de ellos se citan estos días en la madrileña sala Bogui Jazz de la calle Barquillo, que organiza el ciclo 'Jazz con sabor cubano'. El programa cuenta con destacados "exiliados" como los pianistas Pepe Rivero o Iván 'Melón' Lewis, así como jóvenes promesas con mucho y buen horizonte, el saxofonista Inoidel González, habitual colaborador de Javier Limón, o el baterista Georvis Pico, que acaba de publicar su primer disco como líder, Horizonte urbano, nada menos que en la multinacional discográfica Universal.
Todos ellos y muchos más, léase los veteranos Bobby Martínez y Horacio 'El Negro' Hernández, Alaín Pérez, Ariel Brínguez, los hermanos Vistel, Carlos Sarduy, Reinier Elizarde 'El Negrón', Caramelo Javier Masso, Daniel Amat, etc., están construyendo audaces malecones musicales en nuestras ciudades, por si en futuro, y puestos a imaginar, Benedicto XVI visitara de nuevo nuestro país subyugado por el alma cubana y la improvisación.
Pablo Sanz / EL MUNDO.es
Os dejo un par de vídeos de Alain Pérez, uno de tantos músicos cubanos de jazz llenos de talento.
8 comentarios:
Me gustaría saber qué se dijeron los Santos Padres, el marxista y el otro. Hablarían de sus cosas, claro, esas cosas a las que los simples mortales no tenemos acceso.
Lo siento, pero el jazz latino..., como que no. El de la Lucía sí, claro.
Seguro que tienen más en común de lo que nos imaginamos...
En el jazz latino figura gente como Cachao, Bebo y Chucho Valdés, Arturo Sandoval, Paquito D'Rivera, Michel Camilo....
Holla Gatopardo!
Sou brasileiro, apaixonado por jazz e mantenho p blog Jazz + Bossa.
Costumo visitar o blog da Esther Cidoncha, uma grande amiga virtual e vi seu comentário lá.
Gostaria de convidar você e seus leitores a conhecer o Jazz + Bossa.
Já publiquei posts sobre vários artistas que você gosta, como Enrique "Mono" Villegas, Bud Shank, Hampton Hawes, Benny Carter, etc.
Você pode usar a ferramenta de tradução que coloquei no blog para ler as resenhas - embora eu fale um pouco de espanhol, não consigo ler os textos sem a ajuda do tradutor. Vou colocar um link pro seu blog no Jazz + Bossa e espero sua visita.
O link: http://ericocordeiro.blogspot.com.br/
Abrazos e saludos!
Bienvenido y muchas gracias por tu comentario e invitación a visitar tu blog.
Un abrazo
Pero eso es salsa ¿no?, no es música que busque para escuchar, pero es agradable hacerlo de vez en cuando, hay una de Gloria Stefan "no llores", que no sé si es salsa, pero me gustaba.
Al segundo vídeo sí que lo buscaría.
El célebre músico neoyorquino y de ascendencia boricua (puertorriqueña), Tito Puente, afirmaba que «la salsa, como ritmo o música, no existe. La música que llaman salsa es la que he tocado desde hace muchísimos años: se llama mambo, guaracha, chachachá, guaguancó. Todo es música cubana. La salsa se come; no se ve, no se oye, no se baila».
Yo creo que éste tema en concreto es son cubano.
Yo siempre he identificado la salsa como una mezcla de distintos ritmos caribeños, pasados por la emigración en Nueva York y un poco "desacafeinados" para mejor orientarlos hacia el baile. No es despectivo, se han hecho cosas muy dignas. No es el caso de Gloria Estefan, para mi.
Otra cosa es el trabajo de gente como la que citas en tu respuesta a Juan, o Chano Pozo, o Mario Bauza, o Machito, o Cachao... buf, ¡palabras mayores!
Claro, lo que ocurre es que luego la gente asocia el latin jazz con la"salsa", leáse bachata y demás.
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