sábado, 10 de septiembre de 2011

Miles Davis (Quinta parte) El Líder

Usaba motivos con melodías y direcciones de acordes libres y fluidas. Ese enfoque permitía al solista elegir entre tocar siguiendo los acordes (verticalmente) o la melodía (horizontalmente. De hecho, gracias a que las melodías de su música eran sencillas y libres, me fue fácil aplicar las ideas armónicas que tenía. podía acumular acordes; es decir, en un do séptima a veces superponía un mi bemol séptima, subía a un fa sostenido séptima y bajaba a un fa. De esa manera podía tocar tres acordes en el espacio de uno. La música de Miles me daba mucha libertad. Es un enfoque hermoso.
John Coltrane

Estuve con Miles desde octubre de 1957 a septiembre de 1959. En términos musicales aprendí mucho en aquélla época. Sobre los silencios, por ejemplo, cuando se toca un solo. Además él es un maestro de la moderación. Y me enseñó más sobre los acordes, como también Coltrane. Coltrane sabe más de acordes que cualquiera (...). Desde el punto de vista de un líder, aprendí observando a Miles cómo introducir material nuevo en la banda sin cambiar el estilo del grupo. Y cuando a veces era necesario variar un poco el estilo, Miles lo hacía con una sutileza tal, que nadie se enteraba. En cuanto a los ensayos creo que tuvimos cinco en los años que estuve allí, dos cuando me incorporé a la banda. 
Julian "Cannonball" Adderley



2 comentarios:

JODIDOS (la minina y el sietemesino) dijo...

Un comienzo vertiginoso.
Es como descender a toda velocidad una infinita escalera que da vueltas sobre sí misma. Solo que en el caso de la canción éssta va ahondando, retirando capa a capa los sonidos de la obertura, hasta depender de un delicioso solo de batería o las misteriosas notas del contrabajo.
Entonces surge de nuevo la carrera que impone la trompeta de Miles y la atmósfera persistentemente jazzística, no tarda en ampliarse con la incorporación de la batería y el piano.
Sólida pero delicada, en enfrenta a partir de ahí a los silencios de los que habla Cannonball, y hace de antesala para un piano de fantasía con el que finaliza el corte, no sin antes enriquecer los últimos pasajes con la unión del resto de instrumentos.

Me ha encantado, Gato.
Fuen finde.

Anónimo dijo...

Cualquier día usaré tus comentarios para nuevas entradas, francamente, enhorabuena por tu prosa, ¡cochina envidia!.