Cole Porter fue el único hijo que sobrevivió de la pareja formada por Samuel Fenwick Porter, un droguero, y Kate Cole, de familia rica e influyente.
A los seis años, el joven músico comenzó a tocar el piano y el violín, aunque acabaría decantándose por el primero por considerar demasiado estridente el instrumento de cuerda. Su madre le hacía practicar dos horas diarias de piano.
En 1905 entró en la Academia Worchester de Massachusetts, donde profesores y alumnos apreciaron con rapidez su carácter alegre y festivo, que a aquellas alturas ya había aprendido de su profesor de música la gran cita de su vida: La letra y la música deben estar tan unidas que parezcan una sola. En Yale se hizo más popular aún que en la escuela. Sus canciones de ánimo para el equipo de fútbol se convertirán en clásicos. Sus primeras obras las compuso para la Asociación Teatral de Yale.
Porter se matriculó en Harvard, que pronto dejaría para ir a Broadway. Algunos amigos de Yale le ayudaron a producir su primer espectáculo, See América First, que tras 15 representaciones fue cancelado por un estrepitoso fracaso de crítica y taquilla. Los periódicos fueron implacables con el joven Porter, del que llegaron a decir que mejor haría en marcharse de la ciudad. Y así lo hizo; en 1917 se marchó a Paris donde estudió armonía, contrapunto y orquestación.
En 1919 conoció a Linda Lee Thomas, con quien contrajo matrimonio. A principios de los años 20, la pareja se dedicó a viajar con una cohorte de mayordomos y una vajilla de plata a cuestas, recorriendo toda Europa y pasando largas temporadas en sus dos residencias fijas de París y Venecia. Conoció a Picasso, Rubinstein, Stravinsky, Hemingway, Scott Fitzgerald, Coco Chanel y Elsa Maxwell.
Por aquel tiempo, a Porter se le reprochaba aquella imagen de ocioso rico que de vez en cuando escribía alguna canción para alegrar a sus amigos, pero lo cierto es que se tomaba la música mucho más en serio de lo que parecía.
De vuelta a Nueva York, en 1924, encontraría su primer éxito en Broadway con Greenwich Village Follies of 1924. Ese mismo año murió su abuelo y su madre le dio una herencia de dos millones de dólares que, sumados al millón que Linda obtuvo con su divorcio, lo convirtieron en extraordinariamente rico.
En 1927 llegará Revue des ambassadeurs, protagonizada por Irving Aaronson, que haría una de las primeras grabaciones del famoso Let’s misbehave. Los años 30 fueron su década dorada. Obtuvo grandes aplausos con The newyorkers, Gay divorce, Anything goes o Red ot and blue, donde se incluye la canción que da título a la película biográfica del compositor, De Lovely, dirigida por Irving Winkler, .
Pero aquellos maravillosos años se vieron truncados en 1937, cuando cayó de un caballo y quedó prácticamente paralítico. Los médicos decidieron que era más prudente amputarle las piernas, pero su madre y su esposa se negaron. Sabían que la amputación acabaría con él. Después de más de 30 operaciones, siguió con sus piernas, pero sufrió un continuo dolor que no desapareció hasta su muerte.
En los años 40 verían la luz éxitos como Panamá hattie o Let’s face it. Vivía ya en Hollywood. Su mujer, a la que no le gustaba el cine, seguía en Nueva York.
En 1946, Michael Curtiz decide hacer una película sobre su vida, obviando su homosexualidad. Gary Grant, a quien Porter consideraba uno de los hombres más atractivos del mundo, encarnó al músico en una cinta aburrida. Por entonces se pensaba que el dandi de Indiana estaba acabado, pero en 1948 apareció Kiss me Kate, espectáculo basado en La fierecilla domada de Shakespeare que llegó a representarse más de 1.000 veces. Poco tiempo después mueren su madre y su mujer, y Porter cae en una profunda depresión que es tratada con electroshocks. En 1956 recibe el Oscar a la mejor canción por True love, de Alta Sociedad, una película en la que colaboraron Louis Armstrong y Frank Sinatra, sus cantantes favoritos. Dos años después le sería amputada una de sus piernas. Hasta su muerte, en 1964, vivió recluido, alcoholizado y solo en su casa de Hollywood.
7 comentarios:
Enorme Cole Porter. Junto con Irving Berlin, el mejor creador de musicales para películas. Sus canciones son standards casi desde que las compuso.
Aparece hasta en las películas de Garci...
Cole Porter wrote some of the best songs of all times! He's one of my favourite composers.
And tomorrow Gershwin..
I love Gershwin!
No me canso de escuchar a este hombre. Maravilloso.
Por cierto, Gato, el otro día me acordé de ti escuchando la radio; los Domingos emite Radio5 un programa gastronómico llamada "Comer y Cantar".
Un saludo.
Los denunciaré por plagio, te prometo que no conocía ni el nombre ni el programa, pero te aseguro que cocinan mejor que yo.
Publicar un comentario