De origen judío, nace en el Berlin en el año 1920. Justo cuando comienza la persecución contra los judíos, abandona Alemania hacia Singapur, donde trabajó como fotógrafo en un diario. Es ahí donde comienza su carrera fotográfica, aunque como tantos otros artistas no gozaba del apoyo de su padre.
De Singapur fue deportado a Australia. Y al ser alemán, estuvo un periodo en un campo de internamiento. Posteriormente fue alistado por el ejército australiano hasta el final de la II Guerra Mundial.
Después de la guerra, pone su propio estudio de fotografía y continua ese punto y aparte que sufrió su carrera. Es por esa época cuando conoce a la más tarde sería su mujer, June Browne. Más tarde, para completar su formación en el campo de la moda, marcha a Londres por dos años. Dejando atrás su etapa en Londres, viaja a Paris para trabajar con revistas especializadas en moda como Vogue o Elle. Tras tanto viajar, es en París donde fijará su residencia habitual. Allí su carrera como fotógrafo de moda empieza a tener reconocimiento mundial, convirtiéndose en uno de los fotógrafos de más éxito. Los últimos años de Newton están a caballo entre Nueva York y Montecarlo.
El trabajo de Newton tiene un estilo propio que hace reconocer su obra allí donde se observe. Fotos llenas de glamour, seducción y elegancia le han hecho portada de las más prestigiosas revistas. Son famosas sus fotos de bellas mujeres en ambientes lujosos y alguna se ha convertido en una imagen icónica del siglo XX. Realmente, Newton ha sido un enamorado de la belleza, que casi obsesivamente, sabía captar como nadie con su cámara. Para visitar la mayor parte su obra y también objetos personales suyos tales como cámaras, bolsas de material y artículos usados para fotografiar debe dirigirse a Berlín, a la Fundación Helmut Newton, Museum für Fotografie. Jebensstrasse, 2
El 23 de Enero de 2004 Helmut Newton moría en un accidente de tráfico en Los Ángeles
5 comentarios:
Supongo, Gato, que puede ser una entrada muy visitada. Pero no me va. Ni con la suavidad del adagio ni siquiera en la gran, suave y dulce carga erótica de una melena que he visto por ahí.
En general, no veo prácticamente diferencia (no, es cierto, la veo) entre ser mujer y ponerse en las manos y ante la cámara de este fotógrafo, en las que parecen haberse puesto muchas mujeres, y ponerse en las manos del performista Tunick.
Hay algo de agresión, de sumisión, de violencia en ambos casos. Y a mí la violencia no me va ni en el arte ni en ningún otro sitio. Tampoco cuando yo misma, de pura impotencia, la empleo.
Y si por un momento he pensado en la enorme incomodidad de estar echada y desnuda en una sucia carretera oliendo vapores de cualesquiera humanos, en el instante siguiente he imaginado la incomodidad y pérdida total de intimidad y de autonomía al ser una modelo en manos de Newton dejándome hacer o haciéndome cualquier cosa que a él le pareciera erótico, trasgresor, artístico o vete tú a saber qué.
Qué cuestión esta del arte, el cuerpo, la trasgresión, lo sexual, erótico... es como un gran amasijo de nudos convertido en cadena que llega desde la antiguedad hasta nuestros blogs.
Gracias, Gato. Por la música, por compartir tus videos...
La verdad es que el número de visitantes no es lo que me motiva a la hora de poner un post, así como comprendo que Helmut Newton sea incómodo a muchas personas sensibles. El decía que admiraba a la mujer, no sí si será una pose, así como es posible que desde mi punto de vista de hombre sea más fácil observar sólamente la parte artística de las fotografías, o también puede ser que algunos tengamos cosas raras en el subconsciente, vete tú a saber...me alegro que te guste una de mis versiones favoritas del Concierto de Aranjuez.
Sí: ¡Vete tú a saber!
Pero si vas y vuelves, me lo contarás, ¿vale?
¡Que tengas buen día!
Aunque no está entre mis fotógrafos favoritos reconozco que es uno de los grandes fotógrafos del siglo XX. Y sus imágenes me atraen con fuerza. Supo crear un mundo propio sin imitar a nadie. He visitado algunas exposiciones suyas y realmente sus fotografías impresionan, se quedan en la retina para siempre.
Un beso.
Esther: Me alegro de coincidir en la parte artística y la fuerza de expresión. Parece evidente que era un provocador, pero hasta en eso fue un fenómeno.
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