domingo, 9 de noviembre de 2014

Un nuevo jazz

Max Roach - Fotografía Herman Leonard


Un nuevo jazz

El final del swing coincidió, de manera un tanto romántica, con la muerte de Glenn Miller en diciembre de 1944, a bordo de un avión que desapareció mientras volaba de Inglaterra a París y cuyos restos nunca se encontraron. Aquel año nació el nuevo jazz, tras una gestación de dos o tres años en clubs nocturnos de Harlem  como Minton's y Clark Monroe's. Fue bautizado como bebop, aproximación onomatopéyica al ruido que haría la voz humana si intentara producir el efecto de la nueva música sin un instrumento. Al nacer, el bebop abrió al menos dos brechas: una, entre las escuelas antiguas de jazz y la nueva, y la otra entre los músicos de jazz y su público; esta última, por desgracia, nunca volvió a cerrarse del todo.
Muy complicado desde el punto de vista técnico, el bebop es difícil de explicar sin simplificar en exceso. Cabe afirmar que lo que el bebop en general y Charlie Parker en particular hicieron fue incrementar la carga expresiva de la improvisación en el jazz. Usaron líneas melódicas más convulsas y más cromáticas, en las cuales la organización más compleja del tono y ritmo implicaban mayor número y mayor variedad de armonías de paso. Los polirritmos mas explícitos, de enorme importancia, surgían entre el solista y el batería a través de un continuo juego malabar de acentos cambiantes dentro de los pequeños valores de las notas.
Un ejemplo espléndido es "Koko", de Parker, donde toca con el batería Max Roach, acaso el mejor batería de jazz moderno. Ampliando el concepto de Kenny Clarke sobre el acompañamiento polirrítmico, Roach llevaba el ritmo con el timbal y utilizó el resto del equipo para producir ritmos subsidiarios, que permitían al solista una mayor efectividad y soltura.

Vicente Muñoz Puelles - El Jazz Ritmo, técnica, improvisación

11 comentarios:

Juan Nadie dijo...

Desde la revolución bebop el jazz se transformó para siempre, y sin embargo todavía hay quien le pone pegas.

Sirgatopardo dijo...

Es que algunos que le ponen pegas al mismísimo sursuncorda...

carlos perrotti dijo...

Me viene a la mente aquello de "esto lo estoy tocando mañana".

Pongamos a Bird a sonar en esta soleada mañana de domingo!!!

Juan Nadie dijo...

"Esto lo estoy tocando mañana". Al final solemos acabar irremediablemente en Cortázar. O empezar...
Por cierto, acaba de morir Aurora Bernárdez, primera esposa de Cortázar y amiga y cómplice durante toda su vida.

marian dijo...

Qué nervio tenía Parker.

Sirgatopardo dijo...

He leído lo de Aurora Bernárdez, una señora más que interesante.
Siempre Cortázar y sus maravillosos e insuperables escritos sobre el jazz.
El nervio y las facultades físicas e intelectuales de Parker debieron, al menos por lo escrito, ser tremendas.

marian dijo...

A lo mejor ni él las pudo asimilar.

Sirgatopardo dijo...

Exactamente.

carlos perrotti dijo...

Sí, su albacea y asistente en la traducción que hizo de la obra de Poe, por ejemplo.

Anoche dieron aquí un documental en el que Vargas Llosa cuenta que frecuentó la casa de Julio y Aurora con bastante asiduidad y que le era muy difícil no maravillarse al participar de sus conversaciones, siempre inteligentes, cultas y a la vez divertidas, al punto que muchas veces pensó que eran conversaciones armadas, estudiadas, ensayadas para deslumbrar a los interlocutores. Los llamó "malabaristas" de citas agudas y brillantes sobre libros y autores y anécdotas de la vida literaria. Dos compinches inseparables, incluso más allá de la separación.

Juan Nadie dijo...

He leído eso mismo en la prensa estos días.

Sirgatopardo dijo...

Hay que veces que dos almas gemelas, se cruzan, y se quedan...