domingo, 10 de agosto de 2014

Charles Mingus III


En otra foto, esta vez en un restaurante con su traje de banquero, bombín y gafas de sol: el barón Mingus. Al poco de tomarse la foto se durmió. Se despertó cuando sirvieron la comida y enseguida se puso a hablarles a los camareros con la imitación del acento inglés que había copiado de Bird, «Atienda, mozo...», alterándola con «Oye, chico, perdona...». Al detectar la mirada de desaprobación de la pareja de la mesa de al lado, cogió el filete con las manos y comenzó a arrancarle pedazos ruidosamente —hum, ñam, ñam— como un animal royendo la carne de una rata recién cazada. Dispuesto a poner el lugar patas arriba al menor comentario.  
Lo echaron del grupo de Duke por perseguir a Juan Tizol por el escenario con un hacha y partirle la silla justo cuando Duke iniciaba «Take the A Train». Luego Duke le preguntó sonriendo por qué no le había avisado y así le habría dado entrada con unos acordes, lo habría añadido a la partitura. Duke nunca despedía a nadie, de modo que le pidió a Mingus que se marchara.  
Nadie aguantaba a Mingus y Mingus no aguantaba nada ni a nadie. Había decidido que nada se interpondría en su camino, nada, y de resultas la vida se convirtió en una carrera de obstáculos. Si hubiera sido un barco, el océano se habría interpuesto en su camino. Para cuando comprendió que su comportamiento era contraproducente, a su manera, ya había comenzado a compensarle.  
Para Mingus no existían las contradicciones: el hecho de que algo fuera dicho o hecho por él le confería integridad automáticamente. Además, su música estaba comprometida con la abolición de toda distinción: entre lo compuesto y lo improvisado, lo primitivo y lo sofisticado, lo duro y lo tierno, lo beligerante y lo lírico. Lo que se había preparado con antelación tenía que desprender la espontaneidad de un acto reflejo; quería que la música avanzara devolviéndola a sus raíces. La música más futurista sería la que más hondo excavara en la tradición: su música.

Geoff Dyer - But beutiful

12 comentarios:

Juan Nadie dijo...

Todo un caracter, el amigo Mingus.

Sirgatopardo dijo...

Debió ser tremendo.

carlos perrotti dijo...

Take The "A" Train jazz standard si los hay... Y con Eric Dolphy bajo las alas de Mingus. Todo dicho.

Sirgatopardo dijo...

Dificilmente superable. OK.

Sirgatopardo dijo...

¡Incendiario, pirómano!

marian dijo...

Pero esto es muy bueno: "Lo que se había preparado con antelación tenía que desprender la espontaneidad de un acto reflejo; quería que la música avanzara devolviéndola a sus raíces."

carlos perrotti dijo...

Asiento.

Sirgatopardo dijo...

Toda una declaración de principios.

Juan Nadie dijo...

Faltaba la foto. Magnífica.

Sirgatopardo dijo...

Fue un lapsus.

Francesca Paolucci dijo...

Great post!

Sirgatopardo dijo...

Thank you Francesca, I'm glad you like it.