Cantante excepcional del blues tejano, Victoria Spivey (1908-1976) debutó en los escenarios siendo aun muy niña en los espectáculos que recorrían los teatros negros del Sur de los Estados Unidos: St. Louis, Menphis, etc. En su adolescencia tuvo la fortuna de acompañar a una de las grandes leyendas del blues, el guitarrista, Blind Lemon Jefferson. Durante los años veinte escribió canciones, tocaba el órgano, el piano y el ukelele y en 1926 le llegó el éxito cantando una composición propia y grabándola para el sello Okeh: "Black Snake Moan" y que llegó a convertirse en todo un clásico del blues versionado por numerosos artistas. Su voz nasal y lastimera era inolvidable. Sus grabaciones en los años veinte con el pianista, John Erby y el guitarrista, Lonnie Johnson, fueron extraordinariamente vendidas y con solo diecisiete años, era ya una autentica profesional.
En 1928 consigue otra vez situarse en primera línea del éxito y cambiando de estilo, grababa con el cornetista de jazz, Joe king Oliver, el pianista, Clarence Williamsy el guitarrista, Eddie Lang un extraordinario blues titulado "Organ Grinder Blues" (The Complete King Oliver, Vol 4. King Jazz). Pasada la Gran Depresión del 29, Victoria Spivey supo acompañarse de los mejores instrumentistas que empezaban a aflorar en la primera época del swing y grabar con ellos canciones con textos crudos, muy pegados al realidad urbana y poco espacio para los asuntos banales y amorosos. En este sentido tocó y grabó con: Louis Armstrong, Henry Red Allen, Tampa Red, Lonnie Johnson etc. durante los años treinta graba numerosos blues para los sellos: Víctor, Vocalion y Decca sin moverse de la ciudad de New York, donde por aquélla época contrae matrimonio con el bailarín de claqué, Billy Adams.
En los años cuarenta participó en el "Helzapoppin' Show" de Olsen y Johnson y continuó actuando en cabarets, clubes y todo tipo de espectáculos musicales. En 1950 decide abandonar la música y se dedica exclusivamente a administrar económicamente una comunidad eclesiástica y posteriormente a regentar su propia casa de discos "Spivey Records" para quien graban sus antiguas rivales de los años veinte: Lucille Hegamin, Alberta Hunter, o Hannah Sylvester. Tambien para su sello grabaron futuras estrellas de la canción como Bob Dylan, que por entonces tocaba la armónica por las calles y tugurios de New York. Victoria Spivey, fue siempre una mujer hábil, emprendedora e inteligente y nunca perdió sus habilidades vocales como lo demuestran las grabaciones realizadas en los años sesenta para su sello discográfico.
6 comentarios:
Clásica, clásica. Así que tocaba el ukelele...
Cosas más raras se ha visto....
Magnífica, magnífica...
es poco lo que se diga.
Esta es de tu estilo, lo tengo claro.
Como no para no gustar. Le pega más cantar en francés que en inglés.
O en lo que quiera.
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