Como buen "criollo", Sidney Bechet, tenía el problema de ser demasiado blanco para los negros y demasiado negro para los blancos. Pero este músico de origen y formación autodidacta, nacido en New Orleáns, tenía con Louis Armstrong mucha mas relación que una simple vecindad. Bechet fue junto con Armstrong, el primer y gran solista del jazz tradicional. Séptimo hijo en su familia, Bechet empezó a practicar música un día con diez años, cuando en su casa se organizó una fiesta amenizada por la orquesta de Freddie Keppard. En una habitación anexa, y pensando que no lo oían, Bechet tocó la parte del clarinetista ausente en la orquesta y a partir de ahí, y viendo sus cualidades, el "oráculo" de clarinetistas de New Orleáns, lo acogió en su seno y todos se empeñaron en enseñarle la técnica del instrumento.
En 1913, se independizó de su familia y se traslado a Chicago ya con una bien ganada fama de músico autodidacta. Tocó con King Oliver, Roy Palmer y el ya citado, Freddie Keppard entre otros. El empresario, Will Marion Cook, lo llamó para que se uniera a la "Southern Syncopated Orchestra" que salía de gira hacía Europa. La acogida en el viejo continente fue tan entusiasta que no regresó hasta tres años mas tarde en 1922. De aquella estancia, Bechet se llevó a New York un nuevo instrumento adquirido en Londres y que posteriormente le daría singularidad y fama: el saxo soprano.
En la "gran manzana" abrió en la Avenida Lenox, el "Basha Club", colaboró con el pianista, James P. Johnson y con Duke Ellington y se unió en una decisión trascendental a la banda del pianista, Clarence Williams donde tocaba la corneta, Louis Armstrong. Tras un breve paréntesis en Europa entre 1926 y 1928, se enroló en New York con la orquesta de Ray Noble, donde conoció a su amigo, Tommy Ladnier. Estuvo hasta 1938 y esa estabilidad le proporcionó un mejor nivel de vida. Se casó, ganaba dinero y sólo faltaba el reconocimiento que no tenía entre el gran publico. Europa aparecía como una tabla de salvación , y el promotor francés, Charles Delaunay, le sirvió en bandeja la ocasión cuando le invitó a participar en un festival de jazz parisino en mayo de 1949. Tras un breve viaje de vuelta a Chicago para arreglar unos compromisos contractuales, Sidney Bechet se estableció definitivamente en Francia en 1951.
La estancia de Sidney Bechet, en Francia fue extraordinariamente fértil desde el punto de vista musical. Adorado por los aficionados galos, grabó multitud de discos para el sello Vogue, participó en varios conciertos en los mejores escenarios parisinos; viajó por toda centroeuropa y sólo una aciaga enfermedad pulmonar frenó aquella maravillosa etapa en su vida. Sidney Bechet, falleció el mismo día que cumplía 62 años. En la localidad de Juan-Les-Pins, hay un busto en su recuerdo y en Paris, existe una calle con su nombre que hace esquina con la Rue Armstrong, el único apellido ilustre que le pudo disputar el honor de ser el primer gran solista de la historia del jazz.
2 comentarios:
Llevaba un montón de tiempo sin escuchar a este hombre.
Una pasada. No tiene nada que envidiar a músicos de la talla de Armstrong, es más, creo que le venció en más de un desafío de improvisación, a los que tan dados eran los músicos de jazz antaño.
Un saludo.
Eran los dos más virtuosos de la época.
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