Mayra Andrade (nacida en 1985 en La Habana, Cuba) es una cantante de Cabo Verde que vive y graba en París, Francia.
Aunque Andrade nació en Cuba, creció en Senegal, Angola, y Alemania. Sin embargo, pasaba dos meses del año en la isla caboverdiana de Santiago. La primera canción que recuerda haber cantado es "O Leãozinho", del músico brasileño Caetano Veloso, a quien ha citado como una de sus influencias musicales.
Andrade ya actuaba siendo adolescente y ganó el concurso de canción Jeux de la Francophonie, en 2001, con sólo dieciseis años, comenzando, tras esto, lecciones de canto en París a los diecisiete. En esa época, conoció al compositor Orlando Pantera y empezó a colaborar con él. Mayra Andrade es completamente autodidacta y compone su música con la guitarra, libre del juicio y perjuicio que puede devenir con las fórmulas académicas y las armonías lógicas. Como el cantante y guitarrista Tcheka, Mayra Andrade busca su propia música, totalmente sumergida en la diversidad estilística de las islas de Cabo Verde.
Aunque Andrade nació en Cuba, creció en Senegal, Angola, y Alemania. Sin embargo, pasaba dos meses del año en la isla caboverdiana de Santiago. La primera canción que recuerda haber cantado es "O Leãozinho", del músico brasileño Caetano Veloso, a quien ha citado como una de sus influencias musicales.
Andrade ya actuaba siendo adolescente y ganó el concurso de canción Jeux de la Francophonie, en 2001, con sólo dieciseis años, comenzando, tras esto, lecciones de canto en París a los diecisiete. En esa época, conoció al compositor Orlando Pantera y empezó a colaborar con él. Mayra Andrade es completamente autodidacta y compone su música con la guitarra, libre del juicio y perjuicio que puede devenir con las fórmulas académicas y las armonías lógicas. Como el cantante y guitarrista Tcheka, Mayra Andrade busca su propia música, totalmente sumergida en la diversidad estilística de las islas de Cabo Verde.
4 comentarios:
No la conocía, me gusta.
Curiosa versión de la canción de The Beatles.
Muy personal.
Me gusta su voz; lo que siguen dando de sí los Beatles.
Aparecen versiones a trompicones en clave de jazz, debe de ser la falta de compositores.
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