Autor : William Claxton |
“La foto es famosa y la historia de cómo se hizo también lo es. En pocas palabras: me llamaron de la discográfica para que fuera a su casa en Los Ángeles a hacerle unas fotos. Era una casa parecida a las que se ven en la foto, estaba situada en lo alto de una colina con una subida muy pronunciada. Cuando llegué a su casa, estaba esperándome, perfectamente vestido y afeitado. Esa misma mañana acaba de salir de la cárcel. Me ofreció una coca cola pero casi no podía abrirla y se cortó la mano (por eso esconde la mano en la foto). Se disculpó: ‘estoy muy nervioso, espero a mi contacto’. Es lo primero que hizo tan pronto como estuvo en libertad, llamar a su camello para asegurarse su dosis. Había seguido consumiendo mientras estuvo dentro. En la cárcel estaba considerado como una celebridad y obtenía toda la droga que quería. Al final, el contacto llegó y ya pudimos hacer el resto de las fotografías. Art era un hombre muy dulce. Le pregunté por su vida en prisión y me contestó: ‘No está tan mal; la verdad es que me cuidaron bastante bien. No me importaría volver’. Yo no daba crédito a lo que oía: ‘es que allí me conocen y hasta los guardianes tienen mis discos’. La parte triste de la historia empezó cuando le volvieron a trincar después de seis años. En esa ocasión estuvo preso dos años. Cuando salió, fui a verle para hacerle unas cuantas fotos para un nuevo disco y esta vez tenía un aspecto terrorífico. Le pregunté cómo le había ido y me dijo: ‘ha sido lo peor del mundo’. Me contó que, entre la anterior detención y esta, habían cambiado al personal y entre los nuevos nadie le conocía y, desde luego, nadie tenía sus discos, ‘he sido tratado como un preso más’. Y lo peor: había comprendido que su momento había pasado. Era un músico al que muy pocos conocían. Lo que siguió fue una vida terrible”.
William ClaxtonFuente
4 comentarios:
Pocas personas habrán conocido el mundo del jazz como William Claxton.
Art Pepper es uno de mis favoritos.
Y de los míos, en mi opinión fue uno de los grandes.
Cómo suena y cómo llega (adonde tiene que llegar) ese saxo.
El amigo Art era de los que llegaban, mucho y hondo.
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