Barcelona: los años fecundos
|
Fotografía: LIFE |
Barcelona: los años fecundos
Al término de la guerra, en Barcelona se vivió lo que Alfredo Papo ha dado en "llamar los años difíciles". En lo tocante al jazz, apenas los recitales que organizaron los Doce Diplomáticos en el teatro Tívoli, en los que, como de costumbre, cabía de todo, además de jazz. Por su parte, y tras un intento de revivirlo, el Hot-Club de Barcelona volvió a clausurarse.
El aislamiento de que era objeto el país por parte de la comunidad internacional hacía estragos. Con las fronteras cerradas a cal y canto, no llegaba a las fábricas del cinturón barcelonés la pasta de laca necesaria para la fabricación de los discos, llegándose al extremo de macerar discos viejos para reutilizar su substancia. Los barceloneses, que habían conocido tiempos mucho mejores, esto, lo llevaban fatal; y, sin embargo, al igual que ocurriera veinte años antes, el asentamiento de los frentes de guerra en Europa terminó por reportar grandes beneficios la ciudad.
Por lo pronto, el mando aliado encargó la fabricación de discos para esparcimiento de la tropa a la industria nacional, radicada mayoritariamente en Barcelona. A un tiempo, comenzaron a llegar los músicos en calidad de refugiados.
La ciudad devino en meca para una legión de artistas llegados de todo el continente, chansonniers franceses de medio pelo, violinistas zíngaros, cuartetos sinfónicos y band-leaders de muy diversa catadura, Bernard Hilda entre ellos. Llegaron aficionados que eran más que simples aficionados, como Alfredo Papo, cuya memoria fértil ha alimentado buena parte de éstas páginas.
Los adictos a la causa salieron de las catacumbas, se sentaron nuevos cimientos para la nueva edad de oro del jazz en Barcelona cuyos límites temporales suelen fijarse en torno a los años 1943 a 1953, coincidiendo la última fecha con la del establecimiento de las bases militares estadounidenses y la firma del Concordato con la Santa Sede.
Chema García Martínez - Del fox-trot al jazz flamenco.
15 comentarios:
Quema Chema por momentos. Me quedo con ganas de más de esta historia.
A Claudio Roditi lo vengo escuchando seguido en Jazzradio.com
Se aprende mucho allí también.
Se agradecen estos textos.
Pues el libro, una pena que Buenos Aires nos pille tan lejos, o tan cerca no tardando mucho, te lo prestaría gustosamente. No sólamente está escrito a la altura de las circunstancias literarias acostumbradas en Chema, sino que asimismo es un estudio erudito y profundo de la historia del jazz en España. Quizás lo puedas conseguir por internet. Caso contrario podemos asaltar la biblioteca municipal de Santander, el mío no se lo regalo ni a un amigo. ¿Ha quedado claro Charlie?
No obstante Carlos, me informaré sobre el particular.
Ha quedado meridianemente claro.
Una de las "e" es una "a".
Qué gusto da.
Si, anoche jazzradio me desasnó con un disco de tu Bill Evans, Explorations, del que no tenía ni idea, obvio, y de una delicia de tema llamado Haunted Heart. Y olé.
Respondiendo a la pregunta, mi libro se puede comprar por Internet, aunque me han dicho que van quedando pocos ejemplares, así que hay que darse un poco de prisa. Es una pena no haber sabido lo de Carlos, estuve en Buenos Aires hace un par de meses con mi mujer y hubiéramos podido arreglarlo.
Muchas gracias por los comentarios y felicidades, Gatopardo, por tu estupendo blog.
Genial, Gato, me pongo a la captura. Agradecido una vez más.
Thank you Francesca.
Mi Bill Evans, tuvo la grandeza de no sacar un solo disco malo.
Marian, a los que nos gusta el tema...
Las que el libro merece, ni una más, ni una menos.
Yo si que he de estar agradecido de que hayas tenido la gentileza de contestarlo en mi blog.
Pronto te tengo preparada una pequeña sorpresa.
Agradecido de antemano... Constato que ni uno malo de los que he escuchado y confío por el resto.
Publicar un comentario