B.B. King, Autor fotografia: Albert Watson |
Nombre de guitarra
En 1949 tocábamos en un lugar llamado Twist, en Arkansas. Había allí un gran bidón de keroseno. Nosotros le llamábamos a eso aceite de carbón. Parecía un cubo de la basura y alguien lo había inflamado. Entonces dos tipos empezaron a pelearse, y uno de ellos fue proyectado contra el bidón y lo tiró al suelo. De pronto todo el sitio estuvo en llamas. La gente se escapó, yo como los demás. Pero cuando estuve fuera me acordé de que había dejado mi guitarra dentro. ¡Había trabajado tanto durante tanto tiempo para tener mi propia guitarra! Pensaba en eso mientras contemplaba el edificio en llamas.
No pude resistirlo. Me precipité hacia dentro, la encontré y por poco me quemo de la cabeza a los pies. Cuando salí, el edificio se derrumbó. Al día siguiente me enteré de que los dos hombres que se peleaban por una dama llamada Lucille habían muerto. Así que puse a mi guitarra para tener siempre presente que no debçía volver a hacer el idiota.
14 comentarios:
Sabía que a todas sus guitarras, B. B. King las bautiza "Lucille", pero no conocía la anécdota. Genial.
Auténtica historia de blues.
Bello tipo, Bella anécdota...
Efectivamente, más allá de la música, parece un gran tipo.
Qué cosas, oye!
Yo sí la conocía:) B.B. King es mío nada más, pero dejo que lo disfrutéis.
Me extraña que no lo supieras.
Gracias por el préstamo.
Le pedí permiso y él está encantado.
Lo que seguro sabéis de él es que si canta no toca la guitarra y si toca la guitarra no canta. O una cosa o la otra, pero nunca al mismo tiempo.
Pues esa no la sabía, mira por donde....
Me debes una.
Yo tampoco camino y mastico chicle a la vez...
Como Gerald Wilson, entonces...
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