Antes de recibir tratamiento instrumental,
el jazz fue cantado y provisto de un ritmo. En 1619, catorce negros llegados
del Congo o de la Costa de Oro fueron vendidos como esclavos a unos colonos de
Virginia. En 1902 se grabó
por vez primera a una coral negra de cantos
espirituales, y de 1920 datan las grabaciones de las primeras orquestas de
jazz. Entre estas tres fechas se sucedieron la decantación de los ritmos africanos, la aventura del blues, el consuelo de
los espirituales y el florecimiento del boogie-woogie.
Para obtener una imagen convincente de los
diversos factores que ayudaron a dar forma al lenguaje del jazz hay que
retroceder hasta la época en que los esclavos negros trabajaban en los campos de algodón y caña de azúcar del Sur de los Estados Unidos. Esa gente cantaba mientras
desempeñaba sus labores, y sus primeros cantos se originaron de las voces
que usaban para comunicarse de un campo a otro. Así se transmitían noticias, con un lenguaje especial y un tono que burlaban el
entendimiento de los capataces.
Los work songs y los hollers que se cantaban
durante la ejecución de las tareas rurales eran más
complejos. Servían para coordinar las tareas de un grupo de trabajadores y
contribuían a aligerar la dura faena, ayudando a la gente a moverse rítmicamente y evitando que decayeran los ánimos.
Las canciones de los condenados a trabajos forzados cumplían una función semejante. En la cárcel, los hombres añoraban la libertad, por remota e inaccesible que pareciese, y se
comunicaban a espaldas de sus guardianes. Muchas baladas de finales del siglo
XIX tienen versiones diferentes, según las características de cada prisión.
Tan amplia y variada es la matriz del jazz
que en ella también tienen cabida los gritos y cantos rítmicos
de los vendedores ambulantes de las calles del Sur de los Estados Unidos. Y aún hay quienes cuentan que el jazz se hizo posible cuando llegaron
a manos de los negros los instrumentos musicales abandonados por todo el Sur
tras la guerra civil: cornetas, clarinetes y tambores que empezaron animar las
calles de Nueva Orleans con ocasión de funerales y
carnavales.
Vicente Muñoz
Puelles - El jazz Ritmo, técnica, improvisación
12 comentarios:
Como siempre, muy interesante y desasnante texto de Muñoz Puelles.
La grabación, para qué decir.
Parece bastante fundamentado.
Todo lo anterior mal o menos se conocía, pero el argumento de que "el jazz se hizo posible cuando llegaron a manos de los negros los instrumentos musicales abandonados por todo el Sur tras la guerra civil: cornetas, clarinetes y tambores que empezaron animar las calles de Nueva Orleans en ocasión de funerales y carnavales" cierra perfectamente el círculo, no? El resto fueron los genios que empezaron a nacer. Antes también seguramente existieron pero sin el medioambiente adecuado.
Es una teoría que parece realista. Los instrumentos sumados a los ritmos africanos...
...Y al dolor, combustible imprescindible. Y a la alegría desbordante después del dolor también,
Por supuesto, el dolor es un ingrediente fundamental.
Creo recordar, de las veces que he leído sobre el tema, que antes de hacerse con esos instrumentos utilizaban una sencilla guitarra (no recuerdo el nombre)africana, que seguramente harían ellos mismos.
Empleaban diversos instrumentos de bricolaje.
La necesidad obliga, había que sacar lo que llevaban dentro (incluido el ritmo) como fuera.
Instrumentos primitivos de cuerda que dieron lugar, por ejemplo, al banjo.
También leí lo del banjo. He buscado en el archivo de fotos de guardé sobre el blues y he encontrado la de la guitarra (será una de ellas) Se llama: Xalam, Halam, o Khalam, con origen en Mali-Senegal.
En realidad el Xalam es una especie de laúd que se puede encontrar en cualquier parte del Sahel: Mali, Marruecos, Mauritania, Burkina Fasso..., y que se conoce con un montón de nombres: los que tú señalas, y también "Ngoni" y muchos más, dependiendo de la zona. Y sí, parece ser que es el antecedente más directo del banjo de cinco cuerdas, por la forma de tocarlo y la afinación (según los expertos).
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