Durante su breve existencia, Charlie Parker vivió más vidas que cualquier otro ser humano. Era un tipo de apetitos físicos desmedidos. Comía como una bestia, bebía como un cosaco y tenía la líbido de un conejo. Él y el mundo eran todo uno, y todo le interesaba. Componía, pintaba; le encantaban las máquinas, los coches; era un padre cariñoso. Le gustaba bromear y reir. Nunca dormía, y aguantaba a base de pequeñas siestas. Todo el mundo era su amigo: los chicos de los recados, los taxistas....Murió en el apartamento de una baronesa. Nadie amó la vida como Bird, y nadie puso tano empeño como él en matarse. Con todo, por mucho que lo intentó, no le fue nada fácil acabar con aquel magnífico cuerpo. En cierta ocasión, oí a un músico decir; "Bird se ha desintegrado en sonido puro".
Nostalgia de Charlie Parker - Robert George Reisner
4 comentarios:
Hombre, el pájaro, que fenómeno.
Me encanta la descripción que hace Reisner.
Es genial.
Increíble conocer sobre sujetos como Reisner
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