Convertido al Islam, el pianista sudafricano Adolphe Johannes Brand, (Ciudad del Cabo, Sudáfrica) adoptó el nombre islámico de Abdullah Ibrahim, a finales de los años sesenta.
Compositor, pianista y multiinstrumentista, sus comienzos fueron en el país africano en 1949 cuando participó en los grupos, Tuxedo Slickers y la big band de Willie Max. Posteriormente coincidió con otros grandes músicos africanos, como la cantante, Miriam Makeba y el trompetista, Hugh Masekela, pero lo que contribuyó a lanzarle a la fama fue el espaldarazo que obtuvo del maestro, Duke Ellington, que lo elogió y lo reconoció como el mejor pianista y compositor del continente africano. De resultas de ese apoyo, salió el disco grabado para Reprise en 1963 titulado: "Duke Ellington Presents The Dollar Brand Trío".
En 1965, establece temporalmente su residencia en Zurich, donde contrae matrimonio en 1965. Ese mismo año participa junto con Duke Ellington, en el Festival de jazz de Newport y renglón seguido es invitado por Elvin Jones, para formar parte de su cuarteto con el que estuvo seis meses. En el tuvo la oportunidad de trabajar con el cornetista Don Cherry, y el saxofonista, Gato Barbieri.
Retorna a Sudáfrica en 1976 con la intención de establecerse en su país, pero al cabo de varios intentos truncados por desarrollar en la tierra del apartheid, una experiencia musical normalizada, abandonó de nuevo su tierra para instalarse en New York. En la ciudad de los rascacielos toca el piano al frente de diversas formaciones de distinta índole, desarrollando su propio lenguaje musical y no es hasta 1997, cuando tiene la oportunidad de trabajar con el baterista, Max Roach cuando se le ve reaparecer en los escenarios.
Abdullah Ibrahim, permanece activo para el jazz en la actualidad, alternando las grabaciones en estudio con las actividades en directo en pequeños clubes de New York.
3 comentarios:
Extraordinario pianista. Los músicos africanos es que son para echarlos de comer aparte.
Bueno a algunos, ahí está King Africa, ah no, que ése es argentino.
Bravo, Gato.
Excelente elección.
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