A pesar de su trabajo sobresaliente junto Miles Davis y al frente de su propio grupo, Keith Jarrett será recordado por sus inusuales conciertos en solitario iniciados en 1972. Ejecutados en un estilo que sólo puede ser calificado como "lisztiano", estos conciertos brindaron a Jarrett una admiración rendida, especialmente amplia en Europa. Tras algunas incursiones de tanteo en el mundo de la electrónica a finales de los 60, Jarrett renunció a los teclados eléctricos o electrónicos en 1971. En poco tiempo, la enorme popularidad de sus conciertos en solitario contribuyó a la revitalización del jazz acústico. Aunque es cierto que los grupos acústicos nunca habían terminado de desaparecer, los artistas que marcaban el camino a seguir sí recurrían a unos sistemas de amplificación exacerbada que a veces resultaban apabullantes.
Keith Jarrett se valía de dos formatos en sus actuaciones: el formato tradicional para su ejecución en club, consistente en tema, improvisación y re exposición, y el formato de improvisación con final abierto, que reservaba para sus apariciones en solitario.
Excelente muestra del primer formato lo ofrece "Facing You", del álbum de 1972 de idéntico título. Tras la exposición inicial en forma de tema de largas notas ejecutado sobre un complejo acompañamiento rítmico, Jarrett se embarca en una improvisación que expande y aporta variedad a los motivos iniciales. A llegar al final de la pieza, en vez de contentarse con la mera re exposición, el pianista opta por una coda en la que la ralentización del tempo se ve acompañada por la descompresión de la actividad rítmica. En sus registros efectuados en Colonia en enero de 1977, la segunda parte de una misma actuación se prolonga durante tres caras de dos álbumes LP. En compañía de otros conceptos emparentados con el romanticismo, la noción de grandiosidad se había convertido en valiosa. La duración de esta segunda improvisación -41 minutos y 18 segundos- excedía a las posibilidades mecánicas ofrecidas por una sola cara de un disco de 30 cm a 33 revoluciones por minuto. En la primera parte del concierto, que duraba 26 minutos y 15 segundos y sí aparecía por entero en la cara del disco, Jarrett seguía el patrón clásico de tema y variación, de simple a compleja. Su exposición inicial contaba con cuatro fases, todas del modo hipodórico.
Frank Tirro - Historia del jazz moderno