In ewiger Dankbarkeit Joachim, ohne tempo....trozdem tief.
Erik Satie por jazzerías,
teclas, sombra, Lady Day,
taconeo gitano, duende,
Mal da la extremaunción,
tres acordes permanentes.
Idénticamente diverso,
poeta, aún imperfecto,
leve, volátil, transparente,
crucificado a su ataúd,
Bill...evanescente.
Levitar, respirar, huir,
salirse del compás,
cánones al viento,
tocar...tocar...tocar...tocar...
Monk, impugnando al tiempo.
Notas desgarradas,
cadencias tendenciosas,
rutas indescifrables,
tres escalas hirientes,
¿los ángeles?...tan afables.
Aquélla resaca traidora...
como en la vieja habanera,
a Monk, a Bill, a Mal...
¿hadas de la mar?, o trapera...
nos los llevó.
Otra ola sincopada,
bachiana y atrevida,
mitad Ludwig Van y mitad Rilke,
en barquito de pentagrama,
¿no es cierto, Chema*?
Manolo López